Cuando el 15 de septiembre de 1644 el cardenal Giambattista Pamphili era elegido papa como Inocencio X pocos imaginaban que junto al nuevo pontífice gobernaría en Roma su cuñada. Desde siempre, Olimpia Pamphili demostró que nadie iba a controlar su vida, más bien era ella la que estaba decidida a controlar la de los demás. Con un carácter ambicioso en extremo, consiguió escalar en la sociedad romana hasta situarse al lado de la silla de Pedro. Desde allí controló los movimientos del papa, las decisiones del Vaticano y a los ciudadanos de Roma mientras llenaba sus arcas con exagerada avaricia. A su muerte había amasado una ingente fortuna.
Leer más: http://www.mujeresenlahistoria.com/2015/07/a-la-sombra-del-papado-olimpia.html
Anuncios