Hacía mucho tiempo que quería ver esta película inspirada en una de las novelas de Virginia Woolf. Ahora que estoy disfrutando de la lectura de una de sus últimas y más completas biografías (y que espero compartir con vosotros en breve a modo de reseña), cuando vi que la hacían por televisión, pensé que no podía perder esa oportunidad.
Las horas es una película basada en una novela homónima de Michael Cunningham que en 1999 ganó el Premio Pulitzer por ella. La historia sucede en un solo día y en tres momentos y espacios distintos. El primero, 1926, cuando Virginia Woolf (Nicole Kidman) vive apartada de Londres para intentar mitigar su trágica enfermedad mental. En el día de Virginia, la vemos escribiendo y decidiendo el destino de los personajes de su novela Mrs. Dalloway. Historia que a principios de los años cincuenta está leyendo Laura Brown (Julianne Moore), una mujer casada que vive en los Estados Unidos junto a su marido y su hijo. En el día de Laura, embarazada de su segundo hijo, transcurren hechos que cambiarán definitivamente su destino. Mientras prepara un pastel de cumpleaños junto a su hijo para su esposo, recibe la visita de una amiga quien le comunica que es posible que esté gravemente enferma. Con una vida monótona, triste, aburrida, en la que nada parece tener sentido, Laura intentará terminar con su vida. En todas las escenas de Laura, el libro de Virginia está presente de un modo u otro.
La tercera mujer es Clarissa Vaughan (Meryl Streep), una mujer que vive el cambio de siglo y cuyo día transcurre en un ajetreado ir y venir para prepararle una fiesta a su amigo Richard (Ed Harris), un poeta enfermo de Sida que acaba de ganar un prestigioso premio de literatura. Clarissa, a quien Richard llama Mrs. Dalloway, sigue el patrón del personaje de la escritora.
A pesar de que el principio de la película me resultó un tanto extraño, es genial cómo las tres mujeres que al principio parece no tener ninguna conexión, terminan formando un triángulo psicológico perfecto.
Ni que decir tiene que la elección de actores es uno de los grandes aciertos de la película. Tres de mis actrices favoritas como protagonistas, junto al gran actor Ed Harris y Clare Danes como actriz secundaria, hacen de esta película una cinta merecedora de todos los premios que consiguió. Impresionante la caracterización física de Nicole Kidman que no hubiera sido efectiva si no hubiera sido por la brillante interpretación de la atormentada escritora.
La trama es una historia triste, pero conmovedora, que ofrece un mensaje abierto, para que cada cual juzgue a los protagonistas como crea conveniente. Una película personal, psicológica, con muchos silencios que dicen más que extensos diálogos, donde la fuerza dramática de los protagonistas es absolutamente convincente.
Sandra Ferrer Valero 