Concepción Arenal. Visitadora de cárceles

Galicia, siglo XIX. Una joven desarrapada camina con pies descalzos hacia el cadalso. Allí le espera el garrote vil que terminará con su vida mientras una multitud embravecida, demasiado acostumbrada a la violencia y la miseria humana, grita improperios contra ella. Cerca de allí, dos mujeres esperan con angustia la llegada de una carta que salve la vida de la joven. La muchacha es Petra, acusada de haber matado a sus dos hijos pequeños. Las dos damas son Concepción Arenal y Juana de la Vega, condesa de Espoz y Mina. Con esta dramática escena arranca la película que recrea la vida de una de las principales figuras del feminismo en España.

Concepción Arenal. Visitadora de cárceles, es una preciosa cinta en la que centra la atención en la faceta más humana de esta mujer que dedicó su vida a los demás. No sólo fue escritora y defensora de los derechos de las mujeres, sino que pasó gran parte de su vida velando por la seguridad y condiciones de vida de las reclusas.

La película recrea la labor realizada por Concepción Arenal en un presidio femenino de Galicia. Allí conoce las humillantes condiciones de las mujeres encerradas por causas graves como homicidios y otras recluidas por haber robado un trozo de pan para alimentar a sus hijos. Todas son analfabetas, mujeres desgraciadas, cuya vida no tiene demasiado sentido. Junto a ellas, los carceleros y carceleras, cuya humanidad parece haber desaparecido por completo. En aquel ambiente desolador, el ímpetu de Concepción será clave para dar una pequeña pero indispensable luz de esperanza a todos los que viven sumergidos en aquel infierno. Junto a ella, la condesa de Espoz y Mina y una serie de damas de la alta sociedad gallega, conocidas como las Magdalenas, que intentan ayudar a aquellas mujeres dándoles educación y enseñándoles a bordar.

Blanca Portillo se mete en la piel de la visitadora de cárceles con gran maestría y encarna su esencia a la perfección. Refleja la dignidad de aquellas mujeres oprimidas en un mundo de hombres empeñado en relegarlas a un segundo o tercer o cuarto plano en una sociedad que no las quiere como protagonistas. El entusiasmo con el que se enfrenta a los lobos de la injusticia es conmovedor. Cómo lucha sin derrumbarse, a pesar de saberse una luchadora prácticamente sola lo recrea magistralmente una Blanca Portillo convertida en Concepción Arenal.

Tanto la fría prisión como las acogedoras salas del hogar de la condesa rezuman un gran desprecio hacia aquellas mujeres que solamente querían ser reconocidas como ciudadanas y sentirse respetadas en igual medida que los hombres.

La cinta se abre y se cierra con la entrevista de dos hombres años después del fallecimiento de Concepción. Una conversación que da sentido al recuerdo de su vida y que nos dará una bonita sorpresa al final.

Concepción Arenal. Visitadora de cárceles es un precioso homenaje no sólo a la protagonista sino a todas las mujeres que la acompañan en su cruzada en favor de los derechos de las mujeres. Una película emocionante, conmovedora, realista.

La podéis ver en TVE – A la carta.