Durante más de un siglo, la corona británica consiguió ocultar uno de los episodios más curiosos de la biografía de una de sus reinas más queridas, la reina Victoria. Hacia el final de su vida, y como uno de los regalos de la celebración de su jubileo (50 años de reinado), una anciana soberana de casi 80 años recibió el homenaje de dos hindúes venidos expresamente desde las colonias. Uno de ellos, Abdul Karim, llamaría la atención de la reina desde el primer momento.
Durante los últimos años de su vida, Victoria escandalizó a la refinada y peripuesta corte inglesa dando a Karim un lugar destacado en su vida privada. La película recrea este desconocido episodio de la vida de una de las soberanas más longevas de la historia de Europa.
La reina Victoria, interpretada magníficamente por la actriz Judi Dench, se muestra hastiada del rígido protocolo de la corte y la hipocresía de todos aquellos que la rodean, incluidos sus propios hijos. Quizás por eso, la llegada de Abdul (Ali Fazal) fue como un soplo de aire fresco para ella.
La cinta tiene un toque de humor que la hace deliciosa y a la vez entrañable. Refleja una relación de amistad muy bonita entre la reina y su recién nombrado Munsh (maestro) mientras los estirados hombres y mujeres que han acompañado a Victoria durante años, no saben como deshacerse de aquel siervo que consideran inferior a ellos e indigno del rango que ha conseguido. Toda una crítica a los prejuicios de una sociedad que durante siglos se consideró superior a aquellos ciudadanos de las colonias que sufrieron las injusticias de la colonización.
Perfectamente ambientada y magníficamente interpretada, Victoria & Abdul da un giro dramático al final de la historia cuando se recrea la muerte de la reina y la expulsión de su querido maestro de la corte y de Inglaterra.
Dirigida por Stephen Frears, Victoria & Abdul se basa en el libro que escribió la historiadora Shrabani Basu, Victoria & Abdul: The True Story Of The Queen’s Closest Confidant, tras descubrir un secreto que los descendientes de la reina intentaron meticulosamente borrar de la historia. Cuando Victoria murió, sus hijos quemaron cartas personales y borraron cualquier pista que llegara a Abdul, quien tuvo que abandonar la fría Inglaterra para regresar a su India natal. Por suerte, su labor no dio sus frutos y, tras cien años dormida en el sueño del pasado, la historia de Victoria y Abdul fue redescubierta y convertida en esta bonita y tierna película.
Sandra Ferrer Valero 
Todas las mujeres tenemos un secreto en el corazón